Los guardamotores son dispositivos termomagnéticos diseñados específicamente para proteger motores eléctricos frente a sobrecargas y cortocircuitos. A diferencia de las protecciones convencionales, los guardamotores cuentan con un ajuste regulable de corriente, lo que permite configurarlos según la demanda del motor. Existen rangos como 1.6–2.5 A, 9–14 A, entre muchos otros, adaptándose a distintas potencias y aplicaciones.
Dependiendo de la marca y el modelo, pueden operarse mediante botones de encendido, apagado y prueba, o mediante selectores giratorios, facilitando la maniobra y el diagnóstico en campo.
Un guardamotor cumple dos funciones principales: proteger al motor contra sobrecargas prolongadas —por ejemplo, cuando trabaja forzado, con fallas en el eje o con torque excesivo— y proteger frente a cortocircuitos, actuando de forma rápida para evitar daños severos en el bobinado o en el cableado de alimentación.
Cómo seleccionar un guardamotor
Para elegir el guardamotor adecuado se debe identificar la corriente nominal del motor y el tipo de alimentación (monofásica o trifásica), así como su voltaje de operación. El rango ajustable del guardamotor debe cubrir la corriente de placa del motor, permitiendo un ajuste preciso. Además, se recomienda verificar la capacidad de corte del dispositivo y que cuente con certificaciones como SEMKO, CE, UL, EAC, USRSEPRO y RCC, que garantizan seguridad y compatibilidad en aplicaciones industriales.
En resumen, el guardamotor es la opción más completa y confiable para asegurar una protección integral del motor, prolongar su vida útil y evitar fallas costosas en sistemas eléctricos.